Esta hortaliza fue durante mucho tiempo un alimento imprescindible y básico. Y aunque hoy en día, los nabos redondos no son el alimento de mayor consumo humano, tiene muchos beneficios ya que nos aporta gran cantidad de vitamina C y B así como minerales como el potasio, sodio, etc.
Para una correcta conservación de esta hortaliza se recomienda que se conserve en el frigorífico, con la raíz separada de las hojas, así podemos mantenerla de 1 a 3 semanas. También se aconseja no lavar los nabos hasta que se vayan a consumir con el fin de evitar pérdidas de nutrientes.