Hay muchísimos trucos para cortar las cebollas sin llorar, en este post les vamos a comentar algunos de ellos y el porqué de hacerlo así.
El primer truco de todos: usar un buen cuchillo bien afilado. Al usar un buen cuchillo evitamos que se liberen enzimas conocidas como propanotial (producidas cuando las células se rompen o trituran). Además un buen cuchillo hará que cortemos mucho más rápido.
El segundo truco: tener la cebolla en el congelador o ir mojando la cebolla pelada como el cuchillo en agua repetidas veces según vamos cortando. Las enzimas se desnaturalizan al meter la cebolla en agua. Esta técnica disminuirá un poco el sabor de la cebolla y hará que ésta esté más resbaladiza, con lo que es más difícil de cortar.
El tercer truco que recomendamos: untar el cuchillo con el que vamos a cortar la cebolla con un poco de vinagre. El vinagre, al ser una solución ácida desnaturaliza la enzima, neutraliza el propanotial. Con este truco vamos a cambiar el sabor de la cebolla, así que tener cuidado.
El cuarto truco: usar un ventilador al lado de la tabla donde estemos cortando la cebolla o cortar debajo de la campana extractora de humos. Con este truco, haremos que los vapores que emite la cebolla al cortarla sean disipados por estos electrodomésticos. De esta manera el gas no irá a parar a tus ojos.
El quinto truco: colocar una vela encendida cerca de la tabla donde vamos a cortar la cebolla. A encender la vela, ésta absorberá los gases emitidos cuando cortamos la cebolla.
Y si ninguno de estos trucos funciona, desde Fruvesur, recomendamos el truco estrella, que funcionará con una probabilidad de 100%: usar gafas de natación, que hará que desaparezca el escozor por completo.
Y ustedes, ¿utilizan alguno de estos trucos? ¿les funciona? o ¿tienen algún otro truco diferente?