Tradicionalmente hemos comido siempre la fruta después de las comidas, a modo de postre. Pero últimamente ha surgido un debate sobre si es mejor tomar la fruta antes o después de las comidas. La aportación calórica de la fruta es la misma si la tomamos antes o después de las comidas.
Los argumentos de quienes prefieren tomarlas antes son los siguientes:
• Si se toma antes produce una mayor saciedad y así se evita una ingesta excesiva: la fruta es un alimento con alto contenido en fibra, por lo que al comerla antes, ayudará a llenar nuestro estómago y por tanto, en las comidas se tendería a ingerir menos.
• Algunos recomiendan comerla antes de las comidas para evitar dificultades digestivas: al comer las frutas después de las comidas es más probable que se produzca una fermentación de los azúcares y que no seamos capaces de digerirlo correctamente y esto puede producir gases, dolor de estómago, náuseas, etc.
• Además la fruta favorece la digestión: la fruta contiene sustancias ácidas que ayudan con las secreciones de nuestro estómago, lo que a su vez ayuda a hacer bien la digestión.
Los argumentos de quienes prefieren tomarlas después son las siguientes:
• Comer la fruta como postre evita la ingestión de otros alimentos con más valor calórico como son los dulces.
• La fruta contiene ácidos que ayudan a realizar una limpieza de la boca por lo que es bueno tomarla tras las comida.
Lo importante, sin lugar a dudas, es no olvidarnos de comer las 3 piezas de fruta al día.
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